Cuando el Partido Republicano permite que el miedo sirva como su guía para enfrentar grandes desafíos como el cambio climático, arriesgan nuestros intereses como nación, el futuro de nuestras familias, así como su propia continuidad como partido.

Los conservadores se sorprenderán al saber que millones de progresistas apreciamos los aportes del conservadorismo político. Cada verano, admiramos los parques nacionales que nunca podrían haber sido preservados sin la visión del presidente republicano Teddy Roosevelt. Apreciamos la lucha de Eisenhower por el seguro social, y estamos especialmente agradecidos por la Ley de Aire Limpio que Nixon firmó en 1972. Los líderes republicanos en cada uno de estos casos tuvieron una visión vanguardista y tomaron acción para conservar nuestra tierra y nuestro medio ambiente.

El histórico Plan de Energía Limpia que el Presidente Obama anunció esta semana ofrece una oportunidad para que líderes de ambos partidos se unan para defender nuestra historia de conservación y salvaguardar nuestro medio ambiente de la amenaza del cambio climático. Los estándares que Obama ha propuesto para reducir las emisiones de las plantas eléctricas representan uno de los pasos más importantes que nuestro gobierno puede tomar para reducir la contaminación de carbono que ha impulsado drásticos cambios climatológicos. Dadas las irrefutables repercusiones del cambio climático que nos afecta a todos, tanto a republicanos como demócratas o independientes, pareciera lógico que todos apoyarían medidas para combatir los efectos del cambio climático. Desafortunadamente, es todo lo contrario.

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, lanzó una campaña de ataque contra estos estándares, instando a los gobernadores a través del país a que no cumplan con la ley. Expertos legales predicen que alrededor de 25 gobiernos estatales, sobre todo aquellos con líderes republicanos, se unirán a una demanda en contra de estos estándares para retrasar o bloquear la implementación de estas reglas. 

La oposición al Plan de Energía Limpia confirma aún más la reputación del Partido Republicano como el partido de los privilegiados y pone de relieve la desconexión entre los republicanos y los votantes de bajos ingresos y de las minorías. Encuesta tras encuesta muestran que los votantes latinos y afroamericanos apoyan una acción ambiental decisiva para limitar la contaminación del aire, impulsar nuestra economía verde y frenar el cambio climático. Según una reciente encuesta realizada por el Consejo de Defensa de Recursos Naturales y Latino Decisions, un 80% de los latinos apoya la acción presidencial para frenar la contaminación de carbono. 

El plan de energía limpia es un paso crucial hacia un acuerdo climático internacional duradero y la oposición republicana al plan sólo está agravando el problema que el Partido Republicano ya enfrenta en atraer el voto latino en el 2016. En los últimos años, los republicanos se han dedicado a sabotear cualquier acción que el presidente tome; ya sea la reforma migratoria, la ley de Cuidado de Salud Accesible, o este plan de energía limpia, que ayudará a los niños latinos y sus familias a vivir una vida más sana. Tal vez lo que los republicanos no reconocen es que cada vez que se oponen al presidente, también se oponen al progreso de nuestra comunidad, que se beneficiaría tremendamente de medidas como el plan de energía limpia. 

Lo que la oposición republicana a este plan ha demostrado es que su resistencia al progreso está basada en el miedo a lo desconocido. Cuando el Partido Republicano permite que el miedo sirva como su guía para enfrentar grandes desafíos como el cambio climático, arriesgan nuestros intereses como nación, el futuro de nuestras familias, así como su propia continuidad como partido.

Maria Cardona es comentarista política de CNN, estratega demócrata, y miembro del consejo de Voces Verdes.